Variedad de comas III

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Esta es la última de tres colaboraciones sobre el uso de la coma. En las anteriores traté, primero, las comas de explicación, porque a mi juicio es el uso más importante y difícil de dominar. En la segunda, me centré en la enumeración; con dificultades para comprender correctamente su uso. Hoy finalizo con el resto de aplicaciones.

Coma de la que se abusa es la de enlace de enunciados. A mi juicio, solo dos oraciones deberían vincularse mediante la coma. En anteriores publicaciones informé que el punto y seguido tiene la función de conectar oraciones en un párrafo. Entonces, la coma solo debe aplicar cuando: 1. Una oración dependa de la otra para entenderse (oración subordinada); 2. Su vínculo sea mayor al que mantienen entre sí, respecto de los otros enunciados en el mismo párrafo.

Ejemplifico con el versículo bíblico de Lucas 23:43. En la primera parte, el texto señala: «En verdad te digo…». Gramaticalmente, es una oración completa porque tiene sujeto (yo) y predicado (te digo). El problema es que no transmite una información total. De ahí que requiera enlazarse a otro enunciado (también con sujeto –tú– y predicado –estarás–): «…hoy estarás conmigo en el Reino de los Cielos». Entonces, ambas oraciones se unen mediante una coma. Por supuesto, de inmediato punto; ya no es conveniente enlazar más oraciones gramaticales.

Otro uso de la coma que obligadamente debería insistirse en eliminar está en los números. De forma tradicional se ha aplicado para señalar los miles en las cifras. Sin embargo, desde 2002 hay una disposición internacional que norma su uso (ISO 80 000), dos disposiciones en el Diario Oficial de la Federación (en 2002 y 2009) y en el libro de Ortografía de las Academias de la lengua que señalan cómo debe usarse en cantidades. En virtud de que en Europa la coma se usa como signo decimal y en América para indicar miles, eso creo serios problemas en el comercio. Por ello se normó: las unidades de millar ya no se señalarán. Me refiero a que en lugar de anotar *1,250 (un mil doscientos cincuenta) gramos, debe ser 1 250 gramos. La norma indica que el decimal se debe señalar con coma o punto.

Caso complicado es cuando la coma ocupa el lugar de una palabra: «Ella es abogada; él, arquitecto». En este caso se desempeña para obviar la conjugación del verbo ser. Se recurre a esta construcción para evitar repetir la misma palabra. Es muy conocida la consigna de recurrir a los sinónimos para evitar repetición de palabras. Sin embargo, en este caso es imposible otro. De ahí que la alternativa sea usar la coma.

Por último, hay tres aplicaciones más. Tenemos las comas después de palabras de enlace: es decir, sin embargo, asimismo, por otro lado, etc. También están las de vocativo: «Hola, Pedro» (en los mensajes de WhatsApp estas se olvidan con mucha frecuencia). Y la de énfasis: «Lo logré, sí».

Recomiendo: use las comas estrictamente necesarias, no abuse de ellas, ni las combine en una misma oración.

sorianovalencia@hotmail.com

 

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