‘Achichincle’, ‘achicopalarse’, ‘argüende’

Martín Campa, poeta guanajuatense muy admirado, hace unos días compartió en sus redes sociales un listado de palabras que comentaré en varias colaboraciones. Esos vocablos son de uso cotidiano en México. El listado me recordó que el finado vicedirector de la Real Academia Española Gregorio Salvador me dijo que los hablantes del español compartimos el 80 % del vocabulario; el resto son palabras locales, muchas de ellas procedentes de lenguas indígenas.

‘Achichincle’ es un sustantivo procedente del náhuatl. Está integrado por ‘atl’, agua, y ‘chichinque’, quien chupa. En México se usa para el ayudante o asistente, normalmente referido de una forma con tintes despectivos. Según el Diccionario de Mexicanismos de Guido de Silva, se aplicó a los asistentes que en las minas tenían la responsabilidad de sacar el agua. En Honduras (hasta donde llegó este idioma originario de una zona que hoy forma parte de México), el Diccionario de Americanismos (DA) informa que se usa para designar a un compañero inseparable.

Por su parte, ‘achicopalarse’ es un verbo clasificado como pronominal (significa que la acción la hace el mismo sujeto que la recibe; como ‘sentarse’). Los diccionarios de Americanismos y de Mexicanismos no enuncian su origen, lo que implica que no hay seguridad de su procedencia. Sin embargo, otras fuentes aseguran que es nahuatlismo. A achi, le atribuyen el significado de ‘poco’, y kuepa el sentido de ‘vaciar’. A mi juicio el diccionario de las Academias es más preciso porque lo define como ‘acobardarse’, mientras que el de Guido de Silva, enuncia que es ‘desanimarse’.

Aunque ‘argüende’ está considerado mexicanismo, el diccionario oficial atribuye su procedencia al verbo argüir. Este viene del latín e implica argumentar, fundamentar o alegar con razón. Sin embargo, no es extraño que en discusiones algunas posturas carezcan de fundamento. De ahí que pudo haberse trastocado con todo propósito para considerar que lo sostenido no es tan cierto. Por ello, actualmente tiene sentido de chismorreo (DLE), «Episodio social muy agitado» (Guido de Silva); «Debate agitado y sin gran rigor» o «Rumor o comentario liviano u ociosos» (DA): y ‘habladuría’ o ‘lío de palabras’ (Vocabulario esencial mexicano de César Macazaga y Ordoño). Al mismo tiempo, en México también se acuñó el sustantivo ‘argüendero’ para referirse a persona con dichos no probados.

En ‘borlote’, las diferentes fuentes coinciden en que se trata de un ‘tumulto’, ‘desorden’ o ‘escándalo’. Todas también coinciden en que se trata de un mexicanismo, pero ninguna aventura siquiera alguna hipótesis de su origen o procedencia, solo el Diccionario de Mexicanismos del Colegio de México lo asocia a algarabía.

Por su parte, de ‘mitote’ el DA asegura que viene de mitlotl, derivado de mitotiqui, que significa danzante. Guido de Silva, el DLE y el del Colegio de México aseguran que es una danza indígena que bailaban en círculo. DLE sostiene que alrededor de una bandera; el Colegio de México dice que rodeando a mujeres y se vincula a la fertilidad. No todas las fuentes asocian su significado a pendencia.

Los mexicanismos son vocablos aceptados formalmente para nuestro español.

sorianovalencia@hotmail.com

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