La primavera en la música de Vivaldi/video

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Las cuatro estaciones, son una de las obras más interpretadas, grabadas y reconocibles dentro de la historia de la música. En 1725, cuando Vivaldi publicó su Opus 8, un conjunto de 12 conciertos titulado “La contienda entre la armonía y la invención”, es posible que fuera el músico más famoso de Europa, y los cuatro primeros conciertos del conjunto, llamados Primavera, Verano, Otoño e Invierno, ya eran bien conocidos por las copias manuscritas que circulaban.

Además, parte de su atractivo era su contenido extramusical. Vivaldi no fue el primer compositor que describió la naturaleza y las actividades humanas en la música instrumental, pero nadie antes había evocado el mundo físico de forma tan vívida y concisa con los violines.

Para cada concierto escribió un soneto que explicaba lo que ocurría, no sólo como descripción, sino como instrucción para la interpretación: los versos del soneto están impresos no sólo como prefacios de cada concierto, sino también en todas las partes instrumentales, en medio de las marcas de tempo y las instrucciones de interpretación.

Es así, que en el primer movimiento, La Primavera, se hace presente con la orquesta que muestra el regocijo de la vida que renace y el violín principal se transforma en un pájaro cantor, arroyos y brisas, y una rápida tormenta.

En el movimiento lento, un cabrero duerme bajo un árbol mientras los segundos violines representan “el murmullo de las ramas y las hojas” y las notas repetidas de la viola representan a su “perro fiel”. El final es una gran danza acompañada de gaitas, que son representadas por bajos zumbantes.

Este es el soneto de La Primavera:

Llegó la primavera, y los rientes pájaros la saludan con su canto.

Bajo el soplo del céfiro, las fuentes con dulce son discurren entretanto.

Cubren el aire con su negro manto, nuncios electos, trueno y rayo ardientes.

Callados éstos, las aves silentes tornan de nuevo a su canoro encanto.

Y así, sobre el florido ameno prado, al caro murmurar de la arboleda duerme el cabrero con su can al lado.

Pastor y ninfas, en la choza amada, danzan al son de la zampoña leda en esta Primavera iluminada.

 

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