Tiene desórdenes alimentarios el 25 % de los adolescentes

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CDMX 3 de junio de 2023.- Se estima que en México el 25 % de adolescentes padece, en diferentes grados, un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), la mayoría de los casos asociado con algún problema mental, y menos del 10 % de los afectados está en tratamiento, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.

En la población en general, la incidencia se ubica del 1.5 al 3 %, aunque las cifras probablemente se incrementaron por la pandemia, informó José Eduardo Otáñez Ludick, docente de la carrera de Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza.

Esos trastornos –anorexia y bulimia, entre los más conocidos– afectan más a mujeres jóvenes, particularmente adolescentes, aunque al parecer están afectando cada vez más a las infancias, a menores de 12 años, alerta el experto.

Con motivo del Día Nacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), que se conmemora el 2 de junio, el universitario señaló que se trata de una serie de patologías mentales en las que el acto de alimentarse se altera. “Vemos un cambio en el comportamiento de la alimentación”.

A la anorexia y la bulimia se suman otros desórdenes, por ejemplo: evitación de la ingesta, de pica (cuando la persona ingiere cosas que no se consideran alimentos, como barro o arcilla, papel, gises, yeso, etcétera), o por atracón, así como la ortorexia (obsesión patológica e irracional por comer sano y por la calidad de los alimentos).

En el peor de los casos, las consecuencias de algunos de esos padecimientos puede ser la muerte, si el organismo no adquiere los requerimientos nutrimentales mínimos necesarios para mantenerse funcional, añade el psicólogo.

Otras tienen que ver con alteraciones de índole psicológico, junto con la afectación de las redes de apoyo. “Las familias sufren mucho porque quieren ayudar, pero no saben cómo”. En ocasiones se requiere internar al paciente para que se recupere y no presente consecuencias fisiológicas posteriores, como problemas de huesos o gastrointestinales, subraya.

Multifactorial

Los TCA, explica Otáñez Ludick, son multifactoriales; sus causas pueden ser de índole neurobiológica, es decir, alteraciones en el proceso de saciedad; socioculturales, ciertos ideales de belleza y de “cuerpos perfectos”, o familiares, por estilos de crianza extremos, estrictos y limitantes, o laxos y con poca supervisión.

Se suman eventos psicológicos, incluso traumáticos, que pueden generar aversión a ciertos alimentos o comorbilidades, como depresión o ansiedad, y baja autoestima. El conjunto de variables que refuerza a los TCA es complejo; ahora se añade la emergencia sanitaria.

En ese periodo, detalla, los hábitos de alimentación cambiaron radicalmente. Con el teletrabajo y el telestudio fue más fácil consumir alimentos ultraprocesados, como galletas, papitas o refrescos; es decir, ingerir lo primero que se tenía a la mano sin importar su calidad. Y en el caso opuesto, dejar de comer hasta terminar las clases o el trabajo.

Además, abunda, todos estuvimos más expuestos a pantallas y a una gran cantidad de información que antes estaba presente, pero no todo el tiempo. En especial, los jóvenes tuvieron con más facilidad acceso a redes sociales (Instagram, TikTok, etcétera), en las que personas sin preparación difunden contenidos de cómo bajar de peso, por ejemplo.

Un factor más que influye en esta problemática es la falta de atención. “En otros países hay seguros de salud que cubren los trastornos del comportamiento alimentario; en México esto se ve sumamente lejano”, enfatiza.

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