Osamenta hallada recientemente en Palenque habría sido de una mujer foránea, revela análisis
Ha concluido el primer análisis detallado de los restos de la “Señora SAS”, como se le denominó al esqueleto de una mujer prehispánica descubierto en mayo pasado en esta zona arqueológica de Palenque. Los estudios revelan importantes datos sobre cómo vivió, su dieta, fisonomía e, incluso, qué enfermedades padeció.
Los primeros datos del equipo, integrado por el osteoarqueólogo Luis Núñez Enríquez y las antropólogas físicas Miriam Camacho Martínez y Lucía López Mejía, adscritos al Proyecto Arqueológico Palenque (PAP), a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ratifican las hipótesis iniciales de los arqueólogos en campo, respecto a que se trata de un individuo femenino que falleció entre los 45 y los 50 años de edad.
Además, el responsable de la Sección de Osteoarqueología del PAP, Luis Núñez Enríquez, señala que entre los rasgos sexuales definitorios no solo está la pelvis, más ancha que una masculina para facilitar el desarrollo del embarazo, sino otros dimorfismos manifiestos, por ejemplo, en la glabela, una región del cráneo que es más lisa en las mujeres que en los hombres.
Asimismo, se cree murió entre los años 800 y 850 d.C., a partir de la asociación de su ofrenda –consistente en dos vasijas completas y una fragmentada– con la cerámica palencana de esa etapa histórica. Otro de los datos precisados es que el cráneo presenta deformación intencional de tipo tabular erecta, que lo expandió en anchura y altura, principalmente.
Otro de los rasgos más llamativos de la “Señora SAS” fue una serie de incrustaciones de piedra verde en cuatro de sus dientes frontales y en un canino. Actualmente, la limpieza de su osamenta ha revelado una cuenta tubular de piedra verde que también formó parte de su ajuar pero que, debido al paso del tiempo y a la presión de la matriz de tierra, estaba oculta bajo su mandíbula.
Sobre el simbolismo de estas incrustaciones y del limado que también tienen algunos de los dientes de la mujer, el especialista apunta como poco probable que tuviera una relación de estatus económico-social.
Los exámenes antropofísicos también han indagado en las patologías que afectaron a la mujer prehispánica, entre ellas caries dentales y sarro, indicios de una dieta basada en carbohidratos (maíz) y proteína animal.
El informe del equipo distinguió además la existencia de hipoplasia (menor cantidad) de esmalte en los caninos y premolares inferiores de la “Señora SAS”. Asimismo, identificó huellas de escorbuto en el cráneo, quizá debido a la falta de vitamina C durante sus primeros años de vida.
Un rasgo final a destacar, concluye el análisis osteológico, es que las dos enfermedades ya descritas, además de otras lesiones como una fractura en la epífisis distal, se encontraban sanadas al momento en que falleció la mujer, por lo que se cree que murió de causas naturales, entre los 45 y los 50 años de edad, acorde con el límite de la esperanza de vida en la época prehispánica.