A principios de 2009, publiqué un comentario sobre lo recomendable de no usar la palabra normatividad. Poco antes consulté a las Academias al respecto. La Española y la Mexicana me respondieron en el mismo sentido (aún conservo sus respuestas): no es recomendable su uso porque el sentido de normatividad se encuentra en el término normativo. Sin embargo, desde hace varias ediciones ya aparece el vocablo normatividad en el Diccionario oficial de nuestra lengua, por lo que de nuevo lo abordo.

Fiel al propósito orientador de esta columna, en aquel entonces manifesté que se debería evitar normatividad. Sin embargo, al poco aventuré un análisis de los elementos compositivos de normatividad y concluí que marcaban una diferencia en el uso respecto de normativo o normativa. Es decir, a mi juicio era correcta su aplicación en México.

Normatividad está integrada por la raíz norma y los sufijos –tivo/–tiva y –dad. El sufijo –tivo / –tiva añade sentido de realizar, ejecutar o tender hacia algo. Por ejemplo, la raíz de instruir (enseñar, adoctrinar) con el sufijo –tivo se transforma a instructivo. Así, el significado varió hacia lo que tiende, realiza o ejecuta una enseñanza o adoctrinamiento. El sufijo –tivo / –tiva preferentemente forma adjetivos (palabras que sirven para darle una cualidad o característica a persona, animal cosa o concepto). Es el caso de Consejo Consultivo. La segunda palabra dice una particularidad de la primera: consultivo es aquello que tiende o realiza el papel de elemento para consulta. Por ello, normativo es lo que realiza la acción de normar, aplicable a persona o ley. En el Diccionario de la lengua española (DLE) justo se le define como adjetivos en las dos primeras acepciones y como sustantivo la última: 1. Que fija la norma. 2. Perteneciente o relativo a la norma. 3. Conjunto de normas aplicables a una determinada materia o actividad.

Ahora, por su parte, el sufijo –dad se usa para añadir sentido de cualidad, situación o condición. Útil, por ejemplo, es algo que sirve para un propósito. Con el sufijo formamos utilidad, que implica una cualidad o condición: «No deseches ese objeto, me es de utilidad». En esta oración se indica que el objeto tiene cualidad o condición útil para quien la enuncia.

Como sustantivo, según la última edición del DLE, normativo o normativa es el conjunto de normas sobre una materia, pero no incorpora el sentido o la cualidad que la caracteriza. Por su parte, el DLE define normatividad como un sustantivo que enuncia la cualidad de la norma. Es decir, que cuando alguien dice: «La normatividad señala que…» no se está refiriendo al conjunto de la norma solamente, sino al sentido que estas otorgan sobre lo valorado. Por lo tanto, normatividad es un término, no solo válido sino absolutamente recomendable cuando se argumenta sobre un sentido.

La sociedad es dinámica. Que un vocablo no esté en el Diccionario no implica necesariamente que sea incorrecto, eso lo determinará su análisis. Lo que le da validez es su uso generalizado y ello obliga a los académicos a incorporarlo al Diccionario.

 

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