La elección popular para nombrar ministros es un malísimo sistema

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Escribe: Nicolás Martínez Cerda

Al maestro Elisur Arteaga Nava

En reciente iniciativa del presidente AMLO, dirigida a la diputada Marcela Castillo, presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión; en la cual solicita que la designación de Ministros de la Suprema Corte, sean designados por el pueblo.

Iniciativa que con seguridad fue redactada por Arturo Saldivar que fue respetable ministro y constitucionalista, que renunció a la Corte con un año de anticipación, sin probar la causa grave de su renuncia, para afiliarse a la campaña de Claudia Sheinbaum y seguir gozando de las ubres del poder; lo que me hace recordar a juristas italianos como Hugo Rocco que sirvieron al fascismo y lo mismo sucedió en Alemania con el nazismo.

El presidente AMLO desde que la Suprema Corte, declaró inconstitucional una ley y un decreto que servían a sus fines políticos, se irritó, se enfureció. Sabía que no controlaba a la Corte; aseguró que presentaría una iniciativa, lo que ahora cumple, para que los ministros sean nombrados por el pueblo.

El exministro presidente Arturo Zaldívar, en redes sociales y entrevistas ha sostenido: “(…) hemos de elegir mediante el voto popular a ministros y ministras de la Suprema Corte…” Por eso afirmo que muy probablemente y casi de seguridad la iniciativa presidencial es de su cosecha, mostrando su servilismo, convertido en un ente puramente político.

Las resoluciones judiciales se toman en cuenta en nombre de la ley y no por la voluntad popular. Tratará de convencer de que “el pueblo es sabio” pues el presidente tiene grandes habilidades de ocultar sus verdaderas intenciones.

Kant, expresó “ten el coraje de pensar con tu propia cabeza”. “el uso público de la razón debe ser libre” para tener conocimiento pleno de los asuntos del Estado; Y ello choca con los secretos de Estado; y en torno a la ignorancia del vulgo, Tarso aseguraba “(…) no conviene decir los secretos del Estado a la masa vulgar”.

El sistema propuesto de qué sea el pueblo el que designe ministros de la Suprema Corte, es necesario desecharlo, y esperamos que así sea, pues Morena no cuenta con una mayoría calificada para lograr la reforma constitucional.

Confiar al pueblo la elección de Ministros nos parece a nosotros, como a Don Emilio Rabasa “pueril”.  Don Daniel Cosío Villegas, a 44 años de Emilio Rabasa, expresó: “nos parece igualmente “pueril” que un presidente y un Senado mexicano, elijan ministros independientes y honrados y más pueril todavía parece declarar vitalicio el encargo. Pero el maestro no propone solución.

El respetable constitucionalista Carlos Sánchez Viamontes nos propone: “Por supuesto que no somos partidarios de asignar al poder ejecutivo la facultad de nombrar a los magistrados judiciales, pero tampoco nos inclinamos hacia el sistema de la elección popular. Somos partidarios de una selección delicada y escrupulosa, que sirva para condicionar las designaciones, y que estas designaciones sean hechas por cuerpos, calificados y representativos, en los cuales se neutralice toda tendencia de carácter político circunstancial”. (El Constitucionalismo y sus Problemas, Página. 87, Editorial Bibliográfica Argentina.)

Nosotros somos afín, al pensamiento del maestro Sánchez Viamonte; pues hace poco tiempo, en la red social, Facebook, publiqué un artículo en donde propuse “(…) la creación de un organismo especial compuesto por los juristas más destacados del país, que sean nombrados por diversos instituciones como el Consejo de la Judicatura Federal, por las principales universidades del país, entre ellas el Instituto de investigaciones jurídicas de la Universidad Nacional de México, y de los colegios de Abogados debidamente registrados; de estas instituciones se haría una selección de juristas reconocidos por sus conocimientos, mostrados en la cátedra, en la judicatura y en el litigio, mostrados a través de los agravios, y después de una selección presentar a el presidente de la República una lista de 10 verdaderos jurisconsultos, para que formule una terna enviada al Senado, y el que funcionando con una mayoría calificada, nombrará el ministro o ministra de la Suprema Corte.”

Con el sistema que propongo se quita el monopolio político al Presidente de la República y está fundado en la realidad.

Reynosa Tamaulipas, a 7 de febrero de 2024.

 

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