Respeto a la Universidad, más que así mismo
Santiago López Acosta
Las postrimerías del segundo y último periodo del Rector General de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino, han sido de lo más convulsas, conflictivas e inciertas por lo enrarecido que ha estado el proceso de designación de quien lo sucederá en el cargo, para el periodo 2023-2027.
La semana pasada fue extraordinariamente accidentada, empezando con los escritos presentados por tres de los aspirantes a la Rectoría General, nada menos que los Rectores de los Campus Guanajuato, León e Irapuato- Salamanca, la Dra. Teresita de Jesús Rendon Huerta Barrera, el Dr. Carlos Hidalgo Valadez y el Dr. Armando Gallegos, respectivamente, dirigidos al Consejo General Universitario (CGU), solicitando la recusación del propio Rector General, como Presidente del CGU y de la Comisión Especial del proceso de designación de su sucesor y de la Dra. Cecilia Ramos, como Secretaria General del CGU, por no ser imparciales y estar operando en favor de otra aspirante, la Dra. Claudia Susana Gómez Lopez, ampliamente señalada en ese sentido en la comunidad universitaria y en todos los medios, los tradicionales y electrónicos.
Esto se continuo con la conferencia de prensa ofrecida por los tres rectores solicitantes el pasado 26 de julio, donde abundaron en los señalamientos y pruebas, mismas que circulan en las redes sociales, anunciando que, de no ser atendida su petición, procederían por las vías legales.
Esta presión tuvo efectos inmediatos, pues el 27 de julio la Secretaria General negó las imputaciones, sin embargo, presento solicitud de licencia de su cargo durante el proceso de selección, y ya no estuvo presente en la sesión del día siguiente.
El viernes 28, como estaba programada, se llevó a cabo la sesión del CGU para acordar lo conducente respecto de las candidaturas registradas, pero además resolver las solicitudes de recusación. Respecto de la Secretaria General se quedó sin materia, por la licencia solicitada por Ramos, siendo sustituida por la Dra. Graciela Ruiz Aguilar, Rectora del Campus Celaya-Salvatierra. Respecto de Guerrero Agripino, en la propia sesión negó también las imputaciones, aprovecho para defenderse y ejerció, según él, su derecho para excusarse, ignorando que la excusa no es un derecho, sino una obligación de todo servidor público o parte interesada, cuando su intervención en algún caso, asunto o situación, donde tiene facultades de decisión o resolución, su objetividad e imparcialidad puede estar afectada.
Señalo Agripino, que lo hizo para no exponerse a la deliberación del CGU, donde podría ganar o perder en la resolución de la recusación, pero que en cualquier escenario la perdedora seria Universidad, y por respeto a las instituciones, a las personas, pero sobre todo hacia sí mismo, se excusó. Si esa hubiera sido la premisa, porque hizo caso omiso de múltiples voces de la comunidad universitaria, de muchos actores políticos y sociales de muy diversa índole, solicitando justamente su separación del proceso.
Tuvo que darse los hechos comentados para que ocurriera, pero generándose especulaciones de que lo hizo, porque está perdiendo o ya perdió el control del CGU. Como presidente de este órgano se designó al Dr. Martin Picón Núñez, de la División de Ciencias Naturales y Exactas.
Sin embargo, la sospecha de parcialidad se mantiene, por los vínculos cercanos que tienen, tanto Picón, como Ruiz, con el Rector General y la Secretaria General con licencia. La Dra. Ruiz presidirá, además la Comisión Especial del proceso en cuestión, siendo una de las imputadas de haber allanado las instalaciones del Periódico Correo y señalada por personal académico de su Campus, el de Celaya-Salvatierra, de haberlos presionado, y hasta amenazado, para acudir a la ciudad de Guanajuato y participar en tan lamentable hecho.
A todo se agrega la denuncia presentada por estudiantes de la Universidad por estos hechos, contra el Rector Agripino y la Secretaria Ramos y otros 19 funcionarios universitarios, demandando entre otras cosas, su inhabilitación en las funciones que actualmente tienen.
No perdamos de vista que no se ha cumplido el Exhorto, principalmente de transparencia y rendición de cuentas, del Congreso del Estado, como tampoco la Recomendación de la Procuraduría de los Derechos Humanos de la Entidad, cuyo primer resolutivo obliga a emitir una disculpa pública al periódico Correo, entre otros cuatro más.
También salió a relucir que los tres Rectores que presentaron la solicitud de recusación no tienen ninguna comunicación, desde hace mucho tiempo, con el Rector General, lo cual es inaudito, tratándose de los Campus que representan prácticamente el 90% de la Universidad, en cuanto a personal académico, administrativo y alumnado, además de instalaciones, como lo son el de Guanajuato, capital, León e Irapuato- Salamanca.
Por si fuera poco, la también aspirante, Claudia Susana Gómez difundió un comunicado donde pide respeto hacia su persona y denuncia que los tres rectores se acompañaron de sus equipos oficiales de trabajo, autoridades, integrantes del CGU y personal de la administración central, que la ponen en desigualdad. Señala que “la extraña unión de tres aspirantes en un proyecto conjunto para ocupar la Rectoría nos hace dudar de la trasparencia y certidumbre de lo que buscan al actuar así en este proceso”. Sigue diciendo “podría seguir exponiendo una serie de irregularidades y abusos de estas tres personas, sobre todo de quien ocupa la rectoría del Campus Guanajuato y que es mi superior jerárquico, pero me detengo…” Sin embargo, no dice cuáles son las supuestas irregularidades y abusos, para tratar de evidenciar sus temerarios dichos; por el contrario, abona para continuar enrareciendo el contaminado proceso.
Parece que era demasiado pedir, al menos un deslinde de la Dra. Gómez López, de los evidentes patrocinios institucionales y del respaldo de Guerrero Agripino, para continuar en la lisa con alguna posibilidad de ser su sucesora, cuando tal vez, su ruta natural seria buscar por ahora, la Rectoría de algún Campus. Pero la responsabilidad, la sensatez, la prudencia y la pertinencia están muy escasas hoy en día, al menos en la Universidad de Guanajuato.