El Big Brother está enojado con México: ¿Tiempos electorales en EU?
En la DEA se ha perdido mucha comunicación entre ese organismo y los altos mandos de la Sedena, la Marina y la FGR de México.
José Luis Camacho Acevedo
Todavía mantengo contacto con los herederos de los amigos de las más confiables fuentes del aparato de seguridad de Estados Unidos que me heredó mi gran amigo, el siempre bien recordado Fausto Fernández Ponte, quien con su larga estancia como corresponsal de varios medios mexicanos en ese país, llegó a conocer las entrañas que ligan a la política con los servicios policíacos más importantes de aquella nación.
Me informan que entre los analistas de Estados Unidos, la DEA ya no tiene un alto nivel de confianza en instituciones mexicanas como la Sedena, la Marina y la FGR, Después de conocer las rasgos más elementales del proyecto “Última Milla” instrumentado por la directora de la DEA, Anne Milgran, quien está a cargo de esa importante agencia desde junio de 2021, después de ser confirmada por el Senado, dirige una agencia de más de 10 mil funcionarios públicos, incluidos casi cinco mil agentes especiales y 800 analistas de inteligencia, que trabajan en 239 oficinas en todos los Estados Unidos y 92 oficinas extranjeras situadas en 69 países, es imposible separar tres elementos de las acciones del Big Brother contra México: el mencionado plan Última Milla, la inminente cancelación del Acuerdo 42 que propiciará una nueva oleada de deportaciones de EU hacia las fronteras mexicanas y el proceso electoral que ya está en marcha para elegir nuevo presidente en el próximo 2924, pugna electoral que hasta se prefigura que tendrá como contendientes a Joe Biden y al controvertido Donald Trump.
Mis contactos resaltaron el carácter fuerte de Anne Milgran y su condición de ser una de las mejor más informadas funcionarias de Estado Unidos en materia de servicios de y inteligencia y seguridad. Antes de asumir sus funciones en la DEA, Milgram fue Fiscal General de Nueva Jersey de 2007 a 2010. Y tiene toda la confianza de Biden y de la mayoría en el Senado, a pesar de las acusaciones que hoy existen en su contra por una presunta adjudicación amañada de contratos de la DEA a prominentes firmas.
Los perfiles de su proyecto para combatir a los carteles del Pacífico y Jalisco de “La Operación Última Milla” están enfocados en la conformación de red de la DEA para eliminar a los miembros y asociados a organizaciones criminales catalogadas en como un peligro para la seguridad de Estados Unidos, así como en los principales países del mundo relacionados con el tráfico de Fentanilo.
Mis contactos insisten en que en la DEA se ha perdido mucha comunicación entre ese organismo y los altos mandos de la Sedena, la Marina y la FGR de México.
Que por lo tanto, ya las negociaciones están en manos, por supuesto, del presidente López Obrador, y de su Canciller Marcelo Ebrard quien tendrá que tejer diplomáticamente de manera muy cuidadosa pero al ismo tiempo inflexible, para que el tráfico de drogas y las deportaciones masivas de migrantes, no sean el caldo de cultivo que permitan a Estados Unidos inmiscuirse incluso en las elecciones presidenciales mexicanas del 2024.
Todo ello por la presunción como bandera del Big Brother de que el Fentanilo sí se produce en México en grandes cantidades y que de nuestro país llega a los Estados Unidos ocasionando el problema de salud pública que tiene su expresión crítica en los más de 100 mil muertos por año a causa de sobredosis en los años recientes.
En respuesta, el presidente López Obrador reveló en días recientes, que México tiene ya pruebas de que el Fentanilo proviene de China (mencionó el caso es el decomiso de una embarcación de China que llegó al puerto de Lázaro Cárdenas con una camuflajeada carga de precursores de Fentanilo) y anunció que nuevamente solicitará al presidente de aquel país que coadyuve en el control de ese tipo de criminal trasiego de enervantes.
Anne Milgram, afirmó que la agencia antidrogas se infiltró durante el último año y medio y al más alto nivel en la organización delictiva del Cártel de Sinaloa y los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
Esa acción, además de su connotación indiscutiblemente policíaca, es un mensaje icónico de las intenciones intervencionistas de Estados Unidos en los procesos electorales del 2024, tanto en México como en los mismos Estados Unidos. Está demostrado históricamente, que el Big Brother no suele tiene amigos, sino solamente contacto con quienes representen la defensa de sus intereses.
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