Y después de las elecciones de 2024… ¿Qué?

Observatorio Ciudadano

Alfredo Sainez*

La Política es la ciencia arquitectónica de todas las ciencias, así lo concebía en la Grecia antigua, Aristóteles. Circunstancia oportuna que nos permite reflexionar en el papel que juega la Política −con “mayúscula” – como ciencia y arte sobre la nueva configuración del sistema político mexicano como consecuencia de los resultados de las elecciones recientes y preguntar: Y después de las elecciones de 2024… ¿Qué? ¿Cuál será la nueva relación entre poderes públicos?

El influjo de los sistemas electorales ha impactado en los sistemas de partidos y, consecuentemente, en la composición e integración del Poder Legislativo; de manera tal, que el sistema de partidos en México desde 1929 hasta el año 2018 ha tenido tres transiciones y alternancias en el gobierno de la presidencia de la República, respectivamente, de partido hegemónico a predominante (1929 a 1988), de predominante a multipartidista (1988 a 1997) y de multipartidista a predominante (1997 a 2018); y, tres alternancias en la presidencia de la República: la primera con Vicente Fox Quesada (2000); la segunda con Enrique Peña Nieto (2012) y la tercera con Andrés Manuel López Obrador (2018) como producto de las elecciones federales correspondientes durante estos periodos.

En este contexto, ante la continuidad del sistema de partido predominante y multipartidista, respectivamente, en las cámaras de diputados y senadores del Congreso de la Unión, cabe repensar sobre las siguientes preguntas:

¿Cuál son las diferencias entre división o separación de poderes y equilibrio de poderes?

¿Existe un equilibrio de poderes cuando predomina el poder ideológico de un solo partido político, simultáneamente, en el Poder Legislativo y en el Poder Ejecutivo?

¿Podría el Poder Legislativo ejercer las funciones de control político, presupuestarias y fiscalizadoras sobre los actos del Poder Ejecutivo Federal?

¿Podrían desvincularse las identidades ideológicas partidistas de los legisladores, fundamentalmente, del grupo parlamentario predominante al que pertenece la presidenta de la Republica de las funciones del Poder Legislativo?

¿Cuáles son las perspectivas de que exista un equilibrio entre los poderes públicos, particularmente, entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo Federal y, consecuentemente, evitar el abuso del poder como lo planteó el Barón de Montesquieu, Carlos de Secondat?

¿Bajo un sistema de partidos predominante con gobierno unificado es funcional la separación o división de poderes y, particularmente, el equilibrio de poderes en nuestro país?

¿Hasta qué punto sigue vigente la precondición de la separación entre los poderes para que exista una Constitución como lo plantearon los diputados franceses en el artículo 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789?

De ser afirmativa la respuesta a la anterior pregunta, ¿se podría sostener el supuesto de que existe una separación de poderes formalmente establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero nulo el equilibrio de poderes bajo un sistema de partido predominante con gobierno unificado?;

¿Es funcional la división de poderes, fundamentalmente, el sistema de competencias y facultades que tiene cada poder público establecido en nuestra Carta magna?; y,

¿Qué mecanismos de control político alternos a la división de poderes existen para evitar el abuso del poder?

Alexis de Tocqueville advirtió en el libro La democracia en América sobre la “Tiranía de las Mayorías”, cuya voluntad de las mayorías es el origen de todos los poderes; sin menoscabo de destacar la importancia de los pesos y contrapesos.

En estos tiempos difíciles que vivimos debemos tender puentes y echar mano del arte de la política y conciliación de voluntades para atemperar la polarización a través del diálogo entre las distintas fuerzas políticas, que nos permita llegar a acuerdos y consensos −respetando los disensos− para formular, implementar, ejecutar y supervisar políticas públicas efectivas y eficientes; y construir un nueva arquitectura institucional, tanto a nivel federal como en los estados y municipios de la República.

Este es el reto, la corresponsabilidad es de todos los actores políticos antes de que el destino nos alcance.

* Alfredo Sainez

*Doctorado en Pedagogía por el Colegio de Estudios de Postgrado del Bajío (CEPOB); Maestría en Innovación y Gestión Pedagógica por el CEPOB; Maestría en Administración Pública por el INAP-México; Maestría en Derecho Parlamentario por la Benemérita Universidad de Oaxaca (BUO); Especialidad en Derecho Parlamentario y Técnica Legislativa por la BUO; Máster en Los Retos del Constitucionalismo en el Siglo XXI en la Universidad de Barcelona; Asesor Experto en Conocimiento, Ciencia y Ciudadanía en la Sociedad de la Información en el Instituto de Formación Continua de la Universidad de Barcelona; Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Catedrático de la División de Derecho, Política y Gobierno de la Universidad de Guanajuato. Correo electrónico: alfredosainez@gmail.com

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