Sucesiones y reformismos en el Vaticano, 3

Columna Diario de Campo
Luis Miguel Rionda (*)
Considero que la elección de Jorge Mario Bergoglio para asumir el papado bajo el nombre de Francisco el 13 de marzo de 2013 ha sido una de las sucesiones más insólitas de los tiempos modernos. Bueno, al menos de las que recuerdo. El primer latinoamericano y jesuita en ser ungido en esa dignidad. Era un prelado argentino, con fama de liberal y de mundano —en el buen sentido—, aficionado al futbol y al equipo bonaerense San Lorenzo de Almagro. Su pasado fue objeto de muy disímiles interpretaciones, en particular su periodo como superior provincial de los jesuitas en Argentina (1973-1979), pues fue acusado de excesiva cercanía a la dictadura militar que imperó en ese país entre 1976 y 1983. Pero puede verse también como estrategia pragmática que le permitió interceder por muchas víctimas.
Su sencillez se acentuó en el Vaticano. Renunció a muchas tradiciones que consideró superfluas y ostentosas, como la de vivir en el palacio apostólico. Prefirió un sencillo departamento en la Casa de Santa Marta. Entre sus políticas destacó la mayor apertura a la participación de las mujeres en la vida de la Iglesia Católica, la aceptación plena de los derechos de las poblaciones de la diversidad sexual, un compromiso expreso con la justicia social y el cuidado del entorno natural global. Pero destacó su defensa enérgica de la paz mundial, el reconocimiento de los derechos de pueblos agredidos como los palestinos y ucranianos, y su permanente llamado a proteger a las familias migrantes y desplazadas.
Su honestidad personal le llevó a acentuar la fiscalización sobre las finanzas de la Iglesia, a reconocer las conductas inmorales de algunos elementos de la curia, al grado de despedir cardenales, y modernizar el lenguaje pastoral para acercarse a los jóvenes y a las poblaciones en vulnerabilidad.
La vitalidad y el buen humor que supo proyectar en los primeros años le atrajo muchas simpatías. Eso fue palpable en su visita pastoral a México del 12 al 17 de febrero de 2016, cuando recorrió cinco entidades del país. Entonces enfatizó su interés por la protección a los migrantes, al visitar tanto la frontera sur como la norte de nuestro país. Ante el fenómeno de las caravanas multinacionales de familias desesperadas, convocó a la solidaridad mundial.
Su salud fue deteriorándose en los últimos años. Pero todavía pudo darse el gusto de despedirse de su grey el pasado 20 de abril, un día antes de morir, mediante su bendición de pascua y una vuelta triunfal a la plaza de San Pedro.
El día de ayer, jueves 8 de mayo, nos enteramos de que el cónclave de 133 cardenales eligió al estadunidense Robert Francis Prevost (1955) como el nuevo papa León XIV. Un prelado hispano hablante (vivió en el Perú), con una trayectoria interesante, con cercanía al papa Francisco (https://t.ly/bR8oo). Al parecer, la ola reformista continuará algún tiempo en los añosos muros del Vaticano.
(*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – @riondal – FB.com/riondal – ugto.academia.edu/LuisMiguelRionda