Chispitas de lenguaje jueves

Hay tantas lenguas como culturas. Cada cultura es una forma de visualizar el mundo. No reconocerlas, dejar de interesarse por ellas, permanecer indiferente a las distintas formas de hablar es condenar a las menos fuertes a la desaparición. Eso implica perder una parte de nuestro perfil como humanidad.

Hace unos días en este espacio comenté que las lenguas maternas usadas por el mayor número de personas son chino mandarín, inglés, hindi, español, árabe estándar, francés, bengalí, portugués, ruso y urdú. En conjunto abarcan casi cuatro mil millones de personas con estas lenguas. Eso representa la mitad de la población mundial. Es decir, 10 lenguas acaparan la mitad de planeta. Eso significa que 4 mil personas en el mundo hablan una de las 6 990 lenguas restantes.

El pasado 21 de febrero se conmemoró el Día Mundial de la Lengua Materna. El propósito de contar con esta celebración es hacer conciencia sobre lo importante del idioma para comunicarnos, reconocer y aceptar la diversidad lingüística y preocuparnos por evitar que se sigan perdiendo una de las mayores riquezas de la humanidad.

Cada lengua es una visión. Por ejemplo, el quechua (en Perú, Ecuador y Bolivia es –lengua oficial–, pero también hay hablantes en Colombia, Argentina, Chile y Brasil) no tiene la palabra adiós. Eso se debe a que hay la certeza de volver a encontrar a la persona que estimas, incluso en el más allá.

La lengua originaria más extendida en México es el náhuatl, pero también se habla en el Salvador, Nicaragua, Guatemala, Estados Unidos. En el Salvador es la segunda lengua oficial. En este idioma, el concepto de gobernar no implica poder sobre las demás personas o una toma de decisiones administrativas, políticas y económicas por ideología. Gobernar implica responsabilizarse por el bienestar de las demás personas.

Brasil, Colombia, México y Perú son los países con mayor diversidad lingüística en el mundo. Y en México, esa mayor diversidad se encuentra en el sureste. Tan solo en Oaxaca hay 40 lenguas en las siete regiones que integran la entidad.

El número de hablantes es sumamente importante para la subsistencia de una lengua. Se calcula que cada año se pierden 26 lenguas en el mundo, una cada 40 días. Y en algunos casos, no necesariamente se debe a que la etnia se acabe, sino que muchos grupos abandonan su lengua materna porque no les sirve para sobrevivir en un mundo competitivo comercialmente.

Ante esta grave condición para las lenguas, la Organización de las Naciones Unidas ha proclamado el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas a partir de 2022 para promover su preservación, revitalización y apoyo. En este sentido, se ha convocado a los gobiernos a que hagan registros y publiquen libros de sus lenguas nativas para que, en caso de extinguirse los hablantes naturales, al menos quede la memoria como parte de un catálogo internacional.

En México ya no hay hablantes del chontal de Guerrero, el chumbio, el coahuilteco, el cochimí laymón, el cotoname, el cuitlateco, el acmara, el cahuillo, el chabañal, el cuissima, el cuicalteco y el puntunc.

sorianovalencia@hotmail.com

 

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