Ejercicio inútil

Claudia

Lo primero que hice fue recurrir a fuentes de la ONU, la UNAM y el INE para poder tener claridad sobre los elementos esenciales de una democracia representativa (en las que todos podemos estar de acuerdo), sin meterme en el embrollo de las definiciones. Escribí entonces en un cuaderno. Foto. Cuartoscuro.

¿Qué tanto nos hemos alejado ya de un régimen democrático, luego de haber alcanzado una transición que nos costó cuando menos cuarenta años de fraudes electorales, luchas por la libertad, movilizaciones, resistencias, reformas sucesivas y lentos, paulatinos avances?

Francisco Ortiz Pinchetti

Tienen razón los seguidores de la autollamada Cuatroté cuando afirman que los opositores al Gobierno actual se contradicen al decir que vivimos ya en un régimen autoritario y, sin embargo, tienen y ejercen plena libertad para expresar esa y otras muchas opiniones.

Pienso que efectivamente estamos todavía lejos de llegar a un estado de tales características. La cuestión que en lo personal me inquieta es dilucidar qué tan cerca o lejos estamos de arribar a tal situación. O lo que es lo mismo, ¿qué tanto nos hemos alejado ya de un régimen democrático, luego de haber alcanzado una transición que nos costó cuando menos cuarenta años de fraudes electorales, luchas, movilizaciones, resistencias, reformas sucesivas y lentos, paulatinos avances?

Logramos así elecciones libres y confiables, competencia política, pluralismo legislativo, libertades civiles, organismos autónomos, transparencia y control sobre el ejercicio de los recursos públicos, entre otros logros de una democracia incipiente y, por supuesto, perfectible. ¿Los hemos perdido?

Ocioso como es uno, me puse a hacer un ejercicio, como se dice, para responder a esa inquietud. Lo primero que hice fue recurrir a fuentes de la ONU, la UNAM y el INE para poder tener claridad sobre los elementos esenciales de una democracia representativa (en las que todos podemos estar de acuerdo), sin meterme en el embrollo de las definiciones. Escribí entonces en un cuaderno:

Características de la democracia:
1.- El pluralismo, entendido como la diversidad de ideologías políticas y de asociaciones ciudadanas.
2.- Sistema de partidos y organizaciones políticas.
3.- Respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales.
3.-Libertad de asociación.
4.- Libertad de expresión y de opinión.
5.- División de poderes.
6.- Independencia del poder judicial, que actúe como un contrapeso que delimite las acciones tanto del Poder Legislativo como del Ejecutivo.

7.- Estado de Derecho.
8.- Acceso al poder y su ejercicio de conformidad con el imperio de la ley.
9.-Realización de elecciones periódicas, libres y justas por sufragio universal y por voto secreto, como expresión de la voluntad de la población.
10.-Transparencia y la responsabilidad en la administración pública.
11- Constitucionalismo, entendido como la estructura normativa que limita el poder de la mayoría gobernante.

Hecho lo anterior, repasé esas características de la democracia, una por una, para poder tener una idea cabal de su significado y alcances. Luego, procedí a tachar en mi libreta con una “X”, con la mayor objetividad posible, aquellas que a mi juicio ya no están vigentes en nuestro país o están en vías inminentes de dejar de estarlo. Les comparto que taché los números 1, 5, 6. 7, 8, 10 y 11. Siete de 11, ojo.

Escudriñé luego en ensayos, tesis y otros textos en busca de las descripciones y características del autoritarismo, de nuevo alejado de matices ideológicos. Encontré estas, que me parecieron acertadas:

1.-El autoritarismo es una forma de abuso o exceso de autoridad que, generalmente, adopta la forma de un Gobierno basado en la concentración del poder y la limitación de las libertades políticas.
2.-Un régimen autoritario puede alcanzar el poder a través de la violencia (por ejemplo, mediante un golpe de Estado) o de mecanismos democráticos (por ejemplo, mediante elecciones libres).
3.-Una vez en el Gobierno, instaura medidas que limitan las libertades políticas y civiles, como la suspensión o el control abusivo de los procesos electorales, la prohibición o la vigilancia de los partidos políticos, la censura de prensa y las imitaciones impuestas a los cuerpos legislativos.
4- La autoridad del poder ejecutivo se impone por encima de las leyes y de los otros poderes del Estado (el poder legislativo y el poder judicial). A menudo esta actitud se refuerza mediante la descalificación, las amenazas, la censura, la violencia o determinadas sanciones selectivas.
5.-Se recompensa la obediencia y la fidelidad al líder autoritario o a la élite gobernante, en detrimento de las instituciones y los valores democráticos de justicia, libertad o pluralidad. Por otro lado, se descalifica, persigue o se castiga cualquier forma de disidencia que pueda amenazar el orden establecido.

6.-En algunos casos, el poder se concentra en una única figura, a la que se le rinde homenaje a través de un sistema oficial de propaganda y se le aplican títulos grandilocuentes, como caudillo o líder supremo.

En este caso, sólo me detuve en reflexionar sobre cada uno de los conceptos y sus consecuencias. Localicé coincidencias notables con nuestra realidad actual.

Me guardo, sin embargo, mis conclusiones, a la vez que invito a quien tenga algún interés en entender lo que está pasando en nuestro país a que intente el mismo ejercicio.

La única condición es hacerlo con objetividad y sobre todo con absoluta sinceridad. Es probable que no le sirva de nada. Y, en cambio, existe el riego de caer en depresión. No se vale suicidarse, conste. Válgame.

DE LA LIBRE-TA UNA CUESTIÓN DE FE.

Qué bueno que nuestros problemas se resuelvan desde el dilema del creer o no creer. Ante las amenazas de Donald Trump, nuestra Presidente responde que “no cree” (sic) que el mandatario estadunidense aplique los aranceles que nos tiene prometidos. Lo sabremos este sábado, ¿vale?

@fopinchetti

Francisco Ortiz Pinchetti

https://www.sinembargo.mx/author/franciscoortiz/

Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).

 

 

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