Chispitas de lenguaje jueves

Es un vocablo que no aparece en el Diccionario de la lengua española. Normal, como no está muy extendido en el uso regular en los países de habla hispana, los académicos no lo han incorporado al diccionario oficial del idioma. Sin embargo, en la comunidad de estudiosos de la lengua náhuatl es el término que permite comprender cómo dos vocablos de significado distinto ofrecen una tercera expresión. Es decir, tenemos como ejemplo el sentido de gobernar (no solo la acción). En náhuatl se logra este concepto a partir de tlatqui –que significa cargar— y tlamāma —que tiene sentido de portar—. Con esta óptica, gobernar no implica solo dirigir, tomar decisiones de estado; también está implícito el sentido de soportar, llevar a cuestas una responsabilidad, con lo que involucra ello: la consciencia de que las decisiones afectarán a muchos, por lo que se transforma en un imperativo de velar por el bienestar de la mayoría.

Difrasismo lo usó por primera vez el estudioso de nuestra lengua nativa Ángel María Garibay, maestro de quien fuera uno de los más importantes nahuatlatos, Miguel León Portilla. Garibay comprendió que plantar dos vocablos uno junto al otro, no construían un tercero solo por sumar sus sentidos (como sucede con el vocablo bienvenido); sino que daban un propósito mucho más profundo, incluso metafórico, con implicaciones mayores.

Bienvenido, por ejemplo, es obvio que está integrado por los términos bien, que da sentido de aceptación, y venido, participio de venir, llegar. En ese sentido, bienvenido se transforma en un vocablo de aceptación de llegada con un pequeño tinte mayor a la simple suma de ambos conceptos. Este vocablo creció porque conlleva un sentido de alegría, de regocijo.

Sin embargo, en náhuatl ese crecimiento tiene implicaciones mucho más profundas. La expresión in ātl in metlatl implican el concepto mujer. Se conforma por los vocablos agua (atl) y metate (dispositivo para moler el grano). Con ello, no se alude solamente el uso de agua sobre una sustancia por moler, también implica la responsabilidad de velar por alimentos que nutran, fortalezcan, bien preparados y de sabor agradable.

El lenguaje, el idioma de uso, no solo implica un conjunto de sonidos que representan objetos materiales. La lengua también contiene miles de conceptos que carecen de equivalencia material y con ello, se llega a niveles superiores de visualización profunda de la realidad. La palabra concepto es muestra de ello. Este vocablo no hace referencia a un objeto material, pero permite comprender muchos aspectos de la sociedad actual.

La investigadora de la UNAM Mercedes Montes de Oca Vega sostiene que para entender el difrasismo del náhuatl desde nuestro idioma, es necesario recurrir a la metonimia y a la metáfora. El primer concepto se refiere a la representación que en ocasiones se hace de algo para no nombrarlo directamente: canas para no mencionar vejez. En la metáfora, el segundo instrumento, tampoco se nombra directamente el sentido, pero sí se representa: las canas, pero ahora como experiencia.

En español el difrasismo es menos frecuente: «a tontas y a locas» implica conducta sin lógica.

sorianovalencia@hotmail.com

 

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