Algunos vocablos curiosos

Hay palabras que cuando uno busca su origen, hasta resulta ridículo o, cuando menos, de pasmo. En el proceso de adopción de una voz, más o menos es común a todos de dónde surgió. Pero pasadas unas generaciones, redescubrir su origen, sorprende.

Las lenguas se influyen unas a otras. La inexistencia de términos o su franca facilidad al pronunciarlos, propicia la adopción de palabras. Por eso, ningún idioma actual es químicamente puro. México aportó ranger al inglés norteamericano, por ejemplo. Procede del vocablo rancho, que en inglés se transformó ranch. Así, los rancheros (que alquilaban su fuerza de trabajo) se transformaron en rangers, y era quienes realizaban múltiples actividades de campo como cuidador de los recursos, explorador y hasta vagabundo rural.

En español, bistec originalmente fue beefsteak. Es decir, es un anglicismo (así llamados por su origen inglés). Beef se refiere a la carne de vacuno y steak, longas o tajadas. Es un vocablo que ya está recogido en el Diccionario de la lengua española, el diccionario oficial de español.

Por otra parte, aunque Resistol se trata de una marca, el vocablo es utilizado para sustituir la palabra pegamento. Su procedencia también es del inglés, originalmente resist all. Es decir, resistente para todo. Sin embargo, ha sido un vocablo con tan buena fortuna entre las personas, que ha desplazado a las voces originarias como adhesivo o pegamento. Se trata del fenómeno cuando a la población se le facilita más el nombre comercial. Caso similar en México es el clínex (la marca es Kleenex) que a las personas les es más sencillo pronunciar la marca que el nombre apropiado, en este caso pañuelo desechable.

Otra voz que hace gracias es pipirisnais. Es una lástima que ninguno de los diccionarios de mexicanismos la haya recogido. Es un vocablo que se usó, aunque ahora solo se escuche en generaciones de antaño. Pipirisnais se aplicó para reconocer a alguien con clase (a diferencia del siguiente vocablo). También estamos frente a un anglicismo desvirtuado y adaptado al español de México. Procede de la oración people is nice, es decir, gente agradable.

Frufrú es un vocablo que llega del francés froufrou. Se trata de una onomatopeya, es decir, un vocablo que pretende imitar al sonido que hace la seda cuando se talla consigo misma a causa de los pliegues. Fue adoptada en España y recogida con ese significado por el Diccionario de la lengua española. Por las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado, en nuestro país se usó esta voz para referirse a una actitud de oropel (oro falso). Actualmente, en México solo aparece una referencia a un teatro con ese nombre, en el centro de la ciudad. Ese teatro perteneció a Irma Serrano, popularmente conocida como La tigresa, mujer procedente del mundo del espectáculo y posteriormente sumada al ambiente político. El nombre se lo dio con intensión irónica el poeta Salvador Novo, quien fuera cronista de la Ciudad de México. Sin embargo, a la Tigresa no le disgustó y, por el contrario, lo aceptó como nombre para su teatro.

sorianovalencia@hotmail.com

 

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