…y Cri-Cri cumple 90 años

“Personalmente, Cri-Cri representa lo más bello de la etapa de mi niñez, cuando sin falta nos reuníamos mis hermanos y yo, con nuestros papás, a escuchar la emisión dominical a eso de las ocho de la noche”. Foto tomada de video.

“La magia de Cri-Cri en aquellos años no se limitaba a las prodigiosas canciones infantiles, dechados de ingenio, sino que se completaban con las narraciones que les daban marco a esas composiciones musicales”.

Francisco Ortiz Pinchetti

En contraste con todas nuestras desventuras –inseguridad, violencia, desastres naturales,  crisis constitucional, desacatos, extorsiones, desaceleración económica, autoritarismo gubernamental, agandalle legislativo, retroceso democrático, oposición momificada— reaparece en escena un personaje absolutamente entrañable que al menos por un rato nos puede endulzar la vida. Quien anda ahí es nada menos que Cri-Cri, el grillito cantor, que  cumple el próximo martes 15 de octubre ¡90 años de edad!

Este ícono creado en 1934 por ese genio llamado Francisco Gabilondo Soler (que también nació en octubre, el día 6, pero de 1907) se metió en las vidas de quienes hoy tenemos más de 70 años de edad. Su programa a través de la XEW duró más de 27 años, durante los cuales muchos soñamos y vivimos imaginando a la Abuelita  frente a su ropero o a la Patita buscando en su bolsita o al Ratón Vaquero tratando de apantallar a su captor hablándole en inglés. La última edición de su programa ocurrió el 20 de julio de 1961.

La magia de Cri-Cri en aquellos años no se limitaba a las prodigiosas canciones infantiles, dechados de ingenio, sino que se completaban con las narraciones que les daban marco a esas composiciones musicales, “una amalgama de géneros que abarcan desde el tango hasta el blues”. El dato: sus textos abarcaron tres mil 560 páginas a renglón seguido. Afortunadamente se creó hace unos años el Fondo Documental Digitalizado Francisco Gabilondo Soler, que reúne  alrededor de cuatro mil imágenes de sus partituras, partes y arreglos musicales, los cuales pueden ser estudiados por investigadores y especialistas en el tema.

El programa radiofónico ofrecía así  una especie de cuentos musicalizados con las canciones de Gabilondo Soler, que en su mayoría “humanizaban” animales. Así conocimos al Ratón Vaquero, a la Patita, al Ropavejero, al Che Araña, a la Guacamaya,  a Mi burrita, al Gato de Barrio, al Abejorro Mostachón y a los Cochinitos Dormilones, entre muchos otros.

Personalmente, Cri-Cri representa lo más bello de la etapa de mi niñez, cuando sin falta nos reuníamos mis hermanos y yo, con nuestros papás, a escuchar la emisión dominical a eso de las ocho de la noche. Eran los últimos años cuarenta y los primeros cincuenta del siglo pasado (cuando, como ya es lugar común decirlo, los niños de la colonia Cuauhtémoc podíamos salir a jugar en la calle sin ningún riesgo, aun de noche).

Al menos dos generaciones crecimos con el Grillito Cantor y soltamos nuestra imaginación con canciones como El ropero, Caminito de la escuela,  Cucurumbé, La marcha de las canicas (Desde el desván rodando van bajando las canicas, brincando escalón por escalón, sin ton ni son,…),  El comal y la olla, El chorrito (Se hace grandote y se hace chiquito…) Negrito Sandía (No me diga picardía, o ya verás…), La marcha de las letras,  Canción de brujas, Bombón I, La muñeca fea (Escondida por los rincones, temerosa que alguien la vea…), o aquella de que Las siete ya van a dar… y tantas y tantas más.

En mi caso, el personaje del violín sobrevivió después a través de la infancia de mis dos hijos y de mi nieta. Y curiosamente estuvo presente también en mi adultez y aun en mi tercera edad, gracias a la afición que por sus canciones tenía mi inolvidable compañera, Becky, que invariablemente llevada en el auto hasta su fallecimiento hace dos años y medio cuando menos un par de CDs de música del Grillito Cantor durante nuestros viajes por muchas partes del país, a través de pueblos, sierras, valles y llanuras). Era nuestro inseparable compañero.

Por todo esto –y mucho más— este nonagésimo cumpleaños de Cri-Cri es muy importante, un verdadero acontecimiento, aunque piensen lo contrario algunos amargados, ignorantes o pesimistas, que no valoran lo que significa tal efeméride precisamente dados los tiempos de violencia irracional que estamos viviendo.  Y no solo por las 228 composiciones de Gabilondo Soler, 121 de las cuales fueron grabadas, y sus más de 500 personajes, sino también por el valor de nuestros propios recuerdos.

Afortunadamente, el aniversario no se queda en la pura nostalgia de quienes lo admiramos, sino que es celebrado con un Festival Internacional Musical Teatral Infantil Cri-Cri que  celebrará su primera edición con actividades de diversas disciplinas artísticas.

Organizado por Gabsol, la editora musical y administradora de la propiedad intelectual del autor, cuyo presidente es su hijo Tiburcio Gabilondo, el festival celebra el legado del compositor veracruzano desde el pasado día 2, hasta el próximo  20 de octubre en diferentes ciudades de la República.

“Queremos hacer un festejo, invitando a quienes son intérpretes de Cri-Cri y quienes están incorporando proyectos”, explicó Tiburcio Gabilondo en una conferencia. “Las presentaciones pueden enriquecerse de disciplinas que son estímulos para los niños. Este tiene que ser un evento divertido para ellos y que les aporte algo”, añadió.

Y va el anuncio: en las actividades del festival que se celebrarán en la Ciudad de México, el actor Mario Iván Martínez, desde 2007 Embajador de la obra de Francisco Gabilondo Soler, presentará el 20 de octubre en el Centro Cultural Roberto Cantoral el espectáculo “Que dejen toditos los sueños abiertos”, acompañado de Jimena Parés y Pablo Rodríguez, en el que hace un repaso de gran parte del repertorio del cantautor fallecido en Texcoco, donde residía, el 14 de diciembre de 1990.

Otras de las actividades del Festival en la capital del país serán “Voz en punto canta a Cri-Cri”, a cargo del ensamble vocal Voz en Punto, este domingo 13 de octubre en el centro cultural El Cantoral, de Xoco; el concierto “Siempre Cri-Cri” en el Centro Nacional de las Artes (CNA), de Río Churubusco y Calzada de Tlalpan, el domingo 9 de octubre; y la sesión de escucha de la obra del autor a cargo de la Fonoteca Nacional, el mero15 de octubre, en sus instalaciones de la calle Francisco Sosa, en Coyoacán.

Así, vale decir: ¿Y quién es el que estuvo aquí? ¡Fue Cri-Cri! Válgame.

DE LA LIBRE-TA

CONMOVEDOR. No sé por qué, pero al mirar la fotografía del saludo entre la ministra Norma Piña Hernández, presidenta de la Suprema Corte, y el senador Gerardo Fernández Noroña en la sesión solemne conmemorativa de los 200 años del Senado Mexicano, me acordé de  La boda de los palomos, la inolvidable de Francisco Gabilondo Soler…. Digo.

@fopinchetti

Francisco Ortiz Pinchetti

https://www.sinembargo.mx/author/franciscoortiz

Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).

 

 

 

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