En México es inexistente el plural de la segunda persona en un trato de confianza (vosotros), en su lugar usamos ustedes, que corresponde a un trato distante. Es decir, que en nuestro país el pronombre plural de segunda persona ustedes se usa de forma indistinta para el trato familiar (tú) y el distante (usted). Independiente si tuteamos de forma individual a los del conjunto, recurrimos a ustedes.

En español al singular yo (primera persona) le corresponde nosotros en plural; al singular tú (segunda persona), en España corresponde vosotros en plural, pero en México no se recurre a esta palabra. Incluso, cuando aprendemos a conjugar en la escuela, actualmente se evita (en mi generación sí se enseñaba). Y se omite porque nadie lo usa en la vida cotidiana.

La evolución del español o castellano en España forjó dos pronombres en segunda persona, y vos. El primero se aplicaba solo para el singular en un trato familiar; en tanto el segundo se usó para el trato respetuoso en singular. El vos sí llegó a América; por ello, aún lo encontramos en Argentina, Uruguay y el sur de Paraguay, básicamente. Pero registró evolución independiente a España y México.

El vos se usó para un trato no familiar, igual en singular y en plural. Por lo mismo, se aplicó ese tratamiento a un campesino que a alguien de la clase económicamente fuerte. Y como siempre ha existido la necesidad de diferenciarse (no solo la nobleza, sino cualquier grupo e individuo), entonces las clases superiores exigieron un trato diferenciado y promovieron el uso de vuestra merced. Estos vocablos fundidos y evolucionados dieron paso al usted.

Por su parte, el vos, para desemparejarlo del singular, apareció el vos y otros. Con el paso del tiempo se fundió en una palabra y terminó por crear el vosotros.

En México arraigó la idea de que el tratamiento de usted era de respeto. Por ello, incluso aún en medios rurales los niños tratan a las personas mayores con el usted, a pesar de ser familiares: los hijos llaman de usted a los padres y muy en especial a los abuelos.

En Europa, el pueblo en muchos países depuso a las monarquías, salvo algunas naciones. La nobleza sobreviviente, entonces, asumió una actitud menos diferenciadora. Eso llevó a que en España muy raras personas usen la palabra usted: gente joven y anciana o con títulos nobiliarios se tutea de lo más normal y cotidiano.

En México, la clase dominante nos independizó de España. Por ello, las diferencias sociales se mantuvieron. Y aunque la necesidad histórico-política obligó a considerar jurídicamente a todos en igualdad, en el ámbito social la diferenciación se mantuvo. De ahí que el título nobiliario hoy sea sustituido por el académico, se considere al usted como tratamiento de respeto y el nivel jerárquico laboral sea de lo más importante, particularmente si el desempeño se da en la Administración Pública (por eso escriben con mayúscula jefe). La fuerza de la historia ha llevado a la inexistencia en México de la palabra vosotros.

sorianovalencia@hotmail.com

 

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