Culiacán otra vez: una herencia maldita para Claudia Sheinbaum
José Luis Camacho Acevedo
En un ambiente de terror, similar al ocurrido cuando fue detenido Ovidio Guzmán, después liberado por órdenes del presidente López Obrador, según confesión del propio mandatario, ayer los habitantes de Culiacán volvieron a vivir el terror de la violencia perpetrada por el crimen organizado en un episodio que implicó sobrevuelos de helicópteros en la zona y el ruido mortífero del fuego entre criminales y militares.
En esta ocasión el terror en Culiacán obedeció al abatimiento del hombre más cercano al Chapito, Archivaldo Guzmán,Raúl Alberto Carrasco Lechuga, El Chore.
Muy temprano en el noticiero de Juan Becerra Acosta en Radio Fórmula, se dio cuenta de que en el ejido Leopoldo Sánchez Celis, de El Dorado, un operativo del ejército nacional había logrado el abatimiento del jefe de plaza del lugar, El Chore, quien había participado como un actor principal en el llamado “culiacanazo”.
¿Qué representa esta acción del gobierno a menos de 100 días de que se celebre el cambio de régimen que encumbrará como primera presidenta de la república a Claudia Sheinbaum?
Hace unos Mike Pompeo realizó un diagnóstico de las asignaturas pendientes que tiene irresueltas el gobierno mexicano y que son las que más preocupan a los Estado Unidos.
La que destaca entre las inquietudes que según Pompeo preocupan al vecino del norte, es la violencia y creciente poder del crimen organizado.
La detención de El Chore al parecer es una respuesta de López Obrador al mensaje de Pompeo.
En la misma mañana de ayer, durante la gira en la que acompañó al presidente por Oaxaca, la virtual presidenta Electa se refirió al reforzamiento, previa militarización, de la Guardia Nacional.
A Sheinbaum, quien debió estar enterada de lo ocurrido en la madrugada en el ejido El Dorado, al norte de Culiacán, la preocupación debió ser especialmente delicada por el hecho de que la muerte de un jefe criminal, de ninguna manera representa la instauración de una nueva estrategia gubernamental para combatir a un crimen organizado con creciente poderío armado y con unos tentáculos económicos que le han permitido, a través de sofisticados economistas de primer nivel, tener inversiones en Europa, Asia, Sudamérica y los nuevos paraísos fiscales que se han abierto incluso en territorio ruso.
La herencia que recibirá Claudia Sheinbaum de la asignatura pendiente del combate al crimen organizado, fallido hasta ahora, es un factor que la obliga a considerar como prioridad lograr una coordinación intergubernamental por demás eficiente entre Estados Unidos y México.
La presencia de Marcelo Ebrard entre el primer grupo anunciado por Sheinbaum de lo que será su gabinete presidencial, tiene un mensaje para los Estados Unidos: Ebrard ha negociado con las agencias del vecino país los casos que, bajo la figura de la detención de la oleada de migrantes que tratan de llegar al país del norte, temas que subsumen asuntos que tocan, con diplomacia y con un cuidadoso respeto, la soberanía nacional.
Sheinbaum sabe que los Estados Unidos vieron con buenos ojos su llegada a la presidencia.
Y que, por lo tanto, para mantener esa confianza, debe mandar señales de eficacia que por ahora han sido buenas con los nombramientos de Juan Ramón de la Fuente en Relaciones exteriores y de Marcelo Ebrard en Economía.
Por ello la expectativa mayor del nuevo gabinete se centra ahora en las áreas de gobernación y seguridad ciudadana.
El jueves próximo pudiéramos tener una respuesta al tema.