Las fiestas patrias nos ponen de buen talente. Aunque los mexicanos siempre hemos sido festivos (en pocas partes del mundo se introduce un conjunto de tal alborozo como el mariachi a un panteón), lo que remata la alegría de los ¡viva!, siempre es una porra.

En nuestro país acostumbramos corear «siquiti bum, a la bim, bom, baaaa (se repite), a la bío, a la bao, a la bim bom ba ­–aquí el nombre del festejado/a o la razón u objeto–, ra, ra, raaaa». Este grito se acuñó con todo propósito para apartarnos diametralmente del inglés «hip, hip, hurra», muy extendido en varios países, incluso latinoamericanos. Pero, ¿de dónde procede nuestra porra?

Está ya aceptado por el consenso que la primera parte fue producto de la inspiración del sonido de la locomotora. El futbolista mexicano Carlos Garcés Rojo, quien jugaba para la Selección mexicana, en un viaje a Guatemala en 1916, propuso usar el sonido que le pareció se desprendía del desplazamiento del vehículo donde viajaban. Así surgió «shiquiti bum».

El cambio de la S por la Ch se produjo relativamente hace poco a causa de un promocional televisivo transmitido durante el mundial del 86. La intención fue acercarlo fonéticamente a los vocablos «chiquita» –exclamación usada para referirse a una mujer atractiva– y «chichi», que es la palabra náhuatl arraigada en nuestro español para referirse a la glándula mamaria. Por supuesto, la modelo participante en el mensaje televisivo, además de dotada, sus movimientos frente a cámara resaltaban el atributo.

El integrante de la Real Academia Española Federico Corriente supone que ‘ala bin’ puede proceder del idioma andaluz. La influencia en Latinoamérica de esa región española fue determinante, a grado tal que tanto expresiones como acento (no diferenciar la c de la s) proceden de allí. Por ello, es muy posible que provenga del llamado en un juego infantil que coreaba ‘alele vi’, una arenga que puede traducirse como: «¡ea, jugadores!», de origen árabe «al la ibin», que es ‘jugadores’. En esta llamada andaluza, también aparece el ‘ra, ra, ra’, que se traduciría como «mira, mira, mira».

Este juego, explica la fuente citada –que a su vez refiere al académico de la RAE–, informa que una línea de la ronda enuncia: «alla ‘ibín, ayya ba’ ‘ad, allá ‘íb, bon, bad» que se traduce como «jugadores, vengan ya; el juego va bien».

Por su parte, la revista México desconocido sostiene dos orígenes. La primera se refiere a esclavos africanos llevados a Veracruz y Oaxaca. Cita como fuente a una investigadora de nombre Sagrario Cruz, de la que no da mayores datos (en el Buscador me aparece como antropóloga de la Universidad de Veracruz). La investigadora la ubica como una arenga motivadora para luchar por la libertad.

Por otra parte, asegura que pudiera tratarse de una alabanza catalana, también con antecedentes árabes, de agradecimiento a Dios. Esa fuente, lo traduce así (cito textualmente): «“Alá Bio” quiere decir “Dios mío”; “Alá Bao” significa “Dios querido”; y “Alá Bim” dice “Dios piadoso”».

Sea como fuere su origen, ¡¡¡México, México, ra, ra, raaa!!!

sorianovalencia@hotmail.com

 

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