El proceso de Morena, PT y PVEM, concluyo conforme a lo previsto

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Santiago López Acosta

El proceso de selección del Coordinador de los Comités para la defensa de 4T, como eufemísticamente se le llamo a la que será la precandidata y luego candidata presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo, concluyo el pasado 6 de septiembre conforme a todas las previsiones, incluso la inconformidad del segundo lugar, también ampliamente anunciado, Marcelo Ebrard Casaubon. La sorpresa la dio Gerardo Fernández Noroña al quedar en tercer lugar, superando a Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal, que se fue al último lugar, después de Manuel Velasco.

Las cinco encuestas levantadas, de una forma por demás peculiar, porque en algunas partes parecía casi una elección con una muestra representativa de alrededor de 12500 consultas o entrevistas, marcaron prácticamente las mismas tendencias o resultados, por lo que la impugnación que presentó Ebrard, además de irregularidades en el levantamiento y conteo, se centró en actividades previas, utilización de programas sociales y recursos públicos y cargada del oficialismo en favor de la ganadora.

Se ve muy difícil, casi imposible que la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena, el órgano de justicia extrapartidaria le dé la razón y acceda a su pretensión de reponer el procedimiento, y los varios amagos de rompimiento y ruptura de Ebrard, ante sus dudas e indefiniciones, con el paso de los días prácticamente se han disipado. Así como también se han reducido las opciones de lo que puede hacer para su futuro político inmediato, si su pretensión de aparecer en la boleta como candidato presidencial en 2024 la mantiene.

La única opción legal posible que tiene para ello es que sea el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano (MC), algo que seguramente ha estado cabildeando estos días, revisando, analizando y evaluando los costos políticos y de diversa índole implicados en una decisión de esa trascendencia para él, sobre todo el romper con el presidente López Obrador, además de que no le sería nada fácil remar contra una corriente muy fuerte, si se mantiene dentro del movimiento de Morena y aliados.

Después de concentrar la atención pública casi 10 días después de darse a conocer el resultado de las encuestas, la decisión de Ebrard, con sus ampliaciones y prorrogas, ha pasado a un muy lejano plano mediático y político, y su denominado  “movimiento progresista” no se le ve claridad, por el contrario, varios de los legisladores que lo apoyaron se están haciendo a un lado, porque de entrada, podrían perder la posibilidad de su reelección por los partidos que integraron la otrora coalición Juntos Haremos Historia, y Marcelo no les puede garantizar nada para su futuro político inmediato.

Por su parte, Claudia Sheinbaum, con el “bastón de mando” que le entrego el presidente López Obrador, en su carácter de sucesora en el movimiento de la 4T, empezó a tomar decisiones, realizar nombramientos en las personas de casi todos los demás contendientes, e iniciar una gira nacional, para otra pre-precampaña más, como la que también está haciendo, de manera informal, la coordinadora del Frente Amplio por México, Xóchilt Gálvez.

Los saldos del proceso de selección de Morena y aliados, desde el punto de vista político, finalmente les fueron favorables, la amenaza más fuerte, la ruptura de Marcelo Ebrard parece contenida, y si se llegara a dar, las consecuencias para los mismos, no se vislumbran relevantes.

Faltan las resoluciones de las quejas y denuncias que se presentaron, sobre hechos que no fueron nada menores, veremos que resuelve la instancia partidaria, así como las autoridades jurisdiccionales y en su caso, la Fiscalía. Además de los gastos erogados, que públicamente excedieron con mucho en relación con lo reportado por varios de los contendientes.

Aunque el saldo del proceso en general resulto conforme a lo previsto, la incógnita respecto de lo que hará Ebrard sigue latente y las especulaciones no se hacen esperar, de si la negociación con Dante Delgado y la dirigencia de MC se ha encarecido mucho, de que se reunirá con el presidente López Obrador y lo convencerá para quedarse, de que valora ser senador con toda seguridad y convertirse en líder de la oposición en el caso de que Sheinbaum pierda la elección presidencial de 2024 y desde ahí apuntalar su candidatura presidencial para 2030, más las que se acumulen.

Más allá de suposiciones, después de los procesos de selección donde surgieron las dos principales contendientes para la presidencia de la república el 2 de junio de 2024, que iniciaran sus respectivas precampañas conforme a la legislación electoral en noviembre próximo y las campañas el año venidero, inicia con una ventaja para Sheinbaum entre 9 y 12 puntos porcentuales en las encuestas, por encima de Gálvez, a casi nueve meses de la jornada electoral, pero lo único que se puede adelantar, por ahora, es que tendremos una elección muy competida entre ellas.

Faltando la definición de MC, si postula a Marcelo Ebrard o alguna alternativa propia, y con la muy posible defección de su poderosa parte jalisciense, no se advierte que pueda convertirse en tercera alternativa significativa, respecto de las dos principales opciones mencionadas.

De los posibles candidatos independientes, que ya empezaron a recabar casi un millón de firmas, necesarias para obtener el registro, mediáticamente destacan el exgobernador de Oaxaca Ulises Ruiz y el actor Eduardo Verastegui, pero aun y lo consigan se ve muy difícil que puedan entrar con alguna posibilidad competitiva.

En los meses por venir ocurrirán muchas cosas y circunstancias que irán cambiando los escenarios, esto apenas empieza.

 

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