Educar es sembrar esperanza, coraje y entusiasmo; mensaje del arzobispo Jaime Calderón por el inicio del ciclo escolar

Siempre que inicia un nuevo ciclo escolar hay muchas expectativas pues esperamos que haya aprendizajes, vivencias y experiencias que hagan crecer en humanidad a los estudiantes. Y esto es la esencia de la educación.
Las instalaciones, los docentes, los útiles escolares, los uniformes…todo está listo para recibir a los niños, adolescentes y jóvenes que se van a preparar académicamente y en quienes la sociedad y la Iglesia tienen confianza y mucha esperanza. Por eso les invito a que en este ciclo escolar nos enfoquemos en:
1.- Educar sembrando esperanza
Estamos viviendo un jubileo donde la esperanza es el centro de la vida, y esperar implica una actitud de caminar, de sembrar, de formar. En la escuela los estudiantes esperan el testimonio de sus maestros que no se desaniman, que se mantienen firmes en sus principios, que buscan la verdad y que cuidan que se logren aprendizajes y hábitos que ayuden a enfrentar la vida. Sembrar el respeto a la vida, a la familia, a la casa común, a los demás es una tarea de todo educador.
2.- Educar con la familia
Los Padres de Familia son los responsables de educar a sus hijos y la escuela no puede educar sin ellos, es más con su apoyo en conjunto es como se logran mejores resultados. Los estudiantes buscan la verdad desde su interior y cuando encuentran coherencia entre la escuela y la familia, se sienten en confianza de dejarse guiar en aprendizajes, valores y crecer en virtudes. Si queremos tener mejores ciudadanos formemos a los estudiantes de manera integral, en lo afectivo, lo social, lo emocional y lo espiritual respetando los valores que desde la familia se han educado y que buscan construir una cultura de paz, de vida y de fraternidad.
3.- Educar para formar mejores personas
Esta es la esencia de la educación, los docentes saben que su vocación se centra en esta tarea, ojalá que en este ciclo escolar todos formemos a los estudiantes en ser personas de esperanza. San Agustín decía que la esperanza tenía dos hijas hermosas: la ira y el coraje, ojalá esto nos anime. Que los estudiantes tengan ira por ver cómo están las cosas, que no se acostumbren a la mentira, corrupción y violencia, sino que se enojen por ello y que tengan coraje para cambiarlas y que ellos construyan una mejor sociedad. Solo con mejores personas tendremos mejores familias y una mejor sociedad.
Papás, la Iglesia les acompaña en su tarea de educar, cuenten con mi oración y con el apoyo pastoral para que juntos eduquemos a sus hijos.
Directivos y maestros, les animo a crear una comunidad educadora buscando el bien. Cuiden a sus estudiantes de quienes quieren robarles la esperanza de su vida.
Queridos niños, adolescentes y jóvenes, como dice el Papa León XIV el mundo necesita mensajes de esperanza y ustedes son esa esperanza. Lleven la alegría, entusiasmo y ánimo a la escuela, a su casa, con sus amigos, a todos lados. Pídanle a Dios que les ilumine para que aprendan mucho y bien en sus clases, para que les auxilie en sus evaluaciones y que sepan construir su proyecto de vida con mucha esperanza.
A todos los encomiendo a María, reina de la sabiduría, para que siempre les acompañe en sus clases, y les imparto con alegría la bendición apostólica.
Arzobispo de León
Jaime Calderón Calderón