MIGRANTES: LA SANGRE QUE ALIMENTA A LA DELINCUENCIA

DE NORTE A SUR
ABIGAIL CORREA CISNEROS
*En la zona sur de México el incremento de migrantes ha traído consigo vandalismo y prostitución
*Encuesta de la Cámara de Diputados equipara medidas de Trump con el Nazismo
Los habitantes de Centroamérica huyen de sus lugares de origen para escapar no de una inseguridad como la que se vive en México, sino de una muerte casi segura a manos de los grupos armados, militares, paramilitares y narcotráfico, así, como, en algunos casos, del hambre y la muerte. Sin embargo, se han convertido en la sangre que alimenta a la delincuencia dedicada a traficar con sus cuerpos y su vida.
En el estudio Migración y Derechos Humanos que publicó el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, se refiere que según la Secretaría de Gobernación, al final de este año, la expectativa de migrantes que crucen el territorio mexicano será de 900 mil personas, lo cual representa para el crimen organizado un negocio que genera billones de dólares.
Según el documento de trabajo número 309, elaborado por Guadalupe Morales Núñez, “cada migrante representa para los criminales entre dos y seis mil dólares, cifra que se multiplica por cada persona que piensa ingresar, lo cual es un problema adicional que rebasa controles de ingreso y admisión de migrantes”.
No hay forma de parar este flujo migratorio, porque en los mil 20 kilómetros de longitud que tiene la frontera sur, hay 370 puntos de ingreso ilegales y sólo 12 legales, lo que es obviamente insuficiente para evitar un ingreso masivo por parte de las personas que literalmente escapan de sus regiones con el único objetivo de sobrevivir.
En marzo de este año, un grupo de migrantes provenientes de Honduras con más de 20 mil personas ingresaron a territorio mexicano mediante la fuerza; evidentemente que la infraestructura migratoria fue insuficiente para realizar los registros ordenados.
La opinión pública en la región manifestó que el aumento de migrantes se debe al apoyo brindado a los centroamericanos a través de las visas humanitarias. Pero este incremento ha traído consigo vandalismo, prostitución a cargo de mujeres que no tienen cómo sostenerse.
Los ciudadanos de la región expresan su malestar por la llegada masiva; en la primera caravana ofrecieron ayuda y mostraron solidaridad, pero ya no están dispuestos a proporcionar más apoyo, refiere el documento.
Para una porción del sector hotelero en la región es necesario frenar la entrada de migrantes, así como de los que llegan con violencia por la frontera sur, a quienes se les debe aplicar el peso de la Ley, ya que no tienen derecho de entrar a la mala.
Tapachula, Chiapas, es el lugar más afectado por la llegada de los migrantes, por ser la primera parada, lo cual afecta principalmente al sector comercio, porque “los migrantes perjudican la economía: no viene la gente”, aseguraron los comerciantes.
Cabe recordar los destrozos ocasionados por un grupo de migrantes africanos durante su espera para recibir atención y un documento que les permita transitar libremente. La protesta fue contenida gracias a la intervención del Ejército mexicano y de policías federales.
En otro lugar se detectó a un grupo de 30 cubanos en huelga de hambre en espera de trámites migratorios.
Estos casos son sólo una muestra del riesgo y las afectaciones para los ciudadanos que habitan las ciudades de tránsito de los migrantes; sin duda un desafío mayor que exige soluciones locales y federales.
Por otra parte, en la encuesta nacional realizada en octubre del 2018 “Derechos Humanos en México y Política Migratoria”, realizadas por el CESOP, se establece que el 41.8 por ciento de la muestra declaró que en México hay poco respeto al derecho de libre tránsito de los migrantes.
Asimismo, el 24.4 por ciento indica que hay algo de respeto, 11.7 por ciento piensa que se respeta mucho, aunque 19.1 por ciento no cree que se respete este derecho.
En este sentido, según la encuesta, 40.4 por ciento también considera que hay poco respeto a los derechos humanos de los inmigrantes centroamericanos al tratar de incursionar al territorio nacional, 24.8 por ciento no cree que se respeten en nada sus derechos y por el contrario, 21.3 por ciento afirma que se respetan algo sus derechos, mientras 10.1 por ciento asegura que se respetan mucho sus derechos.
En lo que estuvo de acuerdo el mayor porcentaje (95.8%) es que separar a los hijos de sus padres en la frontera con Estados Unidos va en contra de los derechos humanos y el 83.3 por ciento de las opiniones versa en que la medida implementada por Donald Trump refleja el racismo de la época de los nazis en Alemania.
En lo que respecta a que más niños están siendo separados de sus padres en la frontera como resultado de la nueva política de “tolerancia cero” de la administración Trump, 95.3% de la muestra indica que el gobierno mexicano debería dar apoyo legal a los niños migrantes ante la corte de Estados Unidos, 3.3% no lo cree necesario.
Por su parte el pasado 9 de agosto en la ciudad de Ginebra, Suiza, el ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, alertó que el sistema de protección internacional que tiene México podría verse colapsado ante la gran cantidad de solicitudes de refugio, de no contar con la infraestructura adecuada y el personal capacitado ante el elevado número de solicitudes.
Lo anterior, dijo, coloca a niñas, niños y adolescentes en una situación de indefensión, ya que podrían no ser canalizadas o atendidas sus solicitudes pese a que de acuerdo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CUDH), las y los menores no pueden ser rechazados en la frontera sin un análisis adecuado e individualizado de sus peticiones.
González Pérez, señaló que se ha incrementado 41 por ciento el número de personas presentadas ante el Instituto Nacional de Migración (INM) entre 2018 y el período enero-mayo de 2019.
Además, en la frontera sur se han incrementado las acciones de revisión migratoria, hay sobrepoblación en numerosos recintos del INM donde se llega a violar los derechos humanos de las personas, además de que se incrementó la presencia de la Guardia Nacional para la contención de las personas migrantes.
Por otra parte, en la frontera norte, los albergues está los albergues están saturados y toda la infraestructura está siendo insuficiente ante el número de personas en contexto de movilidad humana.