Conviviendo con el virus

Luna de Plata Tv
A veces es difícil entender cómo es que a una buena parte de los habitantes de #México no han entendido los riesgos por no quedarse en casa, tras el llamado de las autoridades de salud para que lo hagamos. Aún hay reuniones, este fin de semana, tan solo en la Ciudad de México, una fiesta de XV años donde había 120 invitados tuvo que suspenderse al llegar las autoridades que tuvieron que mandarlos a su casa.
¿Aún dudamos de la enfermedad, creemos que no nos pasará nada, y que estamos bien protegidos por escapularios o por otras tantas creencias que circulan en el ambiente? Es cierto que los virus son añejos, estos solo buscan sobrevivir y multiplicarse. Tampoco son nuevos, están en los organismos y estos van mutando.
En la primera mitad del año pasado, Bill Gates, advertía que los microbios serían más mortales que una guerra. Esa, la estamos viviendo ahora y el mundo, a pesar de las advertencias y de acuerdos, nunca estuvo realmente preparado.
La Organización Mundial de la Salud, publicó en 2005 un documento donde pedía a los países firmantes invertir y estar prevenidos para poder atacar pandemias. Casi ningún país cumplió y ahora vemos las consecuencias. En septiembre del año pasado, 3 meses antes de que el virus apareciera en China, también la OMS advertía de que un virus se estaba gestando. Nadie hizo caso.
Ni en la parte política, ni en el ámbito social, hemos aprendido normas elementales de higiene, tampoco el usar cubre bocas en esta temporada, entender de qué se trata el distanciamiento físico, el cómo estornudar, en fin, lo elemental para la convivencia. El actual confinamiento sin duda da tiempo para reflexionar y pensar cómo será el futuro inmediato. Estamos en espera de que se encuentre una vacuna, eso ya nos lo han dicho, lleva tiempo.
Como cambiará nuestro comportamiento, es pronto para decirlo, de hecho, nadie lo sabe, lo que si nos queda claro es que viene una crisis económica, desempleo, empresas que desaparecerán, el turismo tendrá que adaptarse a nuevos hábitos de las personas porque seguramente habrá desconfianza para ir a ciertos lugares. El riesgo con la COVID-19 es que hay personas asintomáticas, y que ponen en riesgo a personas con las que conviven. Sin una vacuna, el riesgo sigue siendo latente.
Por eso se ha dicho que para ralentizar el Coronavirus es necesario el distanciamiento social, solo así se podrá aplastar la famosa curva que dicen las autoridades de salud. No hay camas de hospitales suficientes para los enfermos. Ya el Hospital Español, dice que llegó al límite de su capacidad, que ya no puede recibir más enfermos. Esto brinca con los números de infectados, enfermos y muertos que nos dan. Aunque eso no es nuevo, ya deberíamos estar acostumbrados a la incongruencia oficial.
El tema es prevenir que ocurran más brotes. El punto es la conducta humana, cuál será la forma de trabajar en los mercados donde se manejan animales, recordemos los hechos de Wuhan en China, donde se dice que fue en unos de estos mercados donde surgió el virus.
Hoy cerdos, gallinas, reses son hacinados en las distintas granjas para poder llevarlos al consumo humano. Esto seguramente tendrá que cambiar. Mucho hay aún que reflexionar.
La conducta humana siempre tiende a cuestionarse. Para esta pandemia no estuvimos preparados, nunca lo hemos estado. Aunque con distintos virus, siempre hemos convivido.