Benemérito
Hoy recordamos como fecha significativa nacional el nacimiento de Benito Juárez García, sucedido el 21 de marzo de 1806. En todo el continente se le reconoce como el Benemérito de las Américas. Fue en la República Dominicana donde así se le declaró por primera vez el 11 de mayo de 1867. La iniciativa provino del senador de ese país en su congreso Antonio Delfín Madrigal. En esa ocasión el senador Madrigal argumentó en virtud de la derrota definitiva de las pretensiones francesas, que intentaban instalar como emperador en México a Maximiliano de Habsburgo: «…el presidente Juárez por este hecho se hace acreedor a los vítores de toda la América, pues destruye para siempre la preponderancia de Europa en este hemisferio, mata cuantas esperanzas de dominio pudiera esta abrigar en lo sucesivo». Previamente, el 2 de mayo de 1865, el Congreso de los Estados Unidos de Colombia publicó un decreto en el que otorgaba un reconocimiento.
Benito Juárez aún vivía. Su muerte acaeció en Palacio Nacional el 18 de julio de 1872. Es decir, que vivió para saberse reconocido por el concierto internacional. Incluso, el 5 de mayo, fecha de la primera gran derrota del ejército francés en Puebla, en los Estados Unidos de América es conmemorada como fecha importante para el continente.
El vocablo benemérito nos llega del latín, de la voz benemeritus, que se traduce como «que lo ha merecido bien». También es escrita como bene meritus. Del primer vocablo deriva en español el adjetivo bien y del segundo palabras como mérito, merecedor y emérito.
A Benito Juárez se le echan en cara múltiples situaciones. La primera, que no llegó a la presidencia por el voto popular. A causa del autogolpe de Estado (1858), Ignacio Comonfort renunció al cargo. Al ser Juárez presidente de la Suprema Corte de Justicia, la Constitución de entonces preveía su investidura. Desde entonces y hasta su muerte, mantuvo el Poder Ejecutivo de la república.
La segunda es la ausencia de misericordia hacia Maximiliano. Juárez y Maximiliano fueron masones. Esta agrupación universal es filantrópica. Por ello están obligados a la solidaridad absoluta, al apoyo incondicional, a no hacer daño. La sentencia del tribunal que juzgó a Maximiliano y a sus seguidores fue de pena de muerte por usurpación del poder y traición a la patria, respectivamente. A pesar de las solicitudes internacionales de clemencia, la sentencia se ejecutó el 19 de junio de 1867. Al respecto Juárez dijo: «No mato al hombre, mato la idea».
El tercer aspecto, que retuvo el poder demasiado tiempo. En todo momento, el Congreso respaldó su permanencia en los años convulsos. Es decir, fue legal su estancia en la presidencia. Y debió permanecer en el poder porque combatió el golpe de Estado de Comonfort, después la Guerra de Reforma y al final la Intervención francesa. En 1871 convocó a elecciones. Ganó frente a Sebastián Lerdo de Tejada y a Porfirio Díaz, pero el resultado fue calificado de fraudulento por sus adversarios.
Un año después fallecería a las 23:35 horas el 18 de julio de 1872. En efecto, benemérito.